lunes, 8 de marzo de 2010

Una derrota que duele y nos deja en el abismo

Injustamente Argentino le ganó a Varela por 1 a 0, con gol de Nicodemo Paladino en el complemento. El Mirasol hizo mejor las cosas pero falló en la definición y tendrá que ganar si o si en 25 de Mayo para continuar en el torneo.


Los dos equipos mirasoles se enfrentaron por la ida de la primera fase del Torneo del Interior, donde el visitante se hizo fuerte y ganó por 1 a 0. Varela fue más pero no supo concretar sus situaciones y ahora pende de un hilo.

La primera jugada de riesgo fue un cabezazo de Serio sin mayor trascendencia, pero a los 5 minutos Pellerano tiró un centro que se desvió y fue hacia el arco sorprendiendo al arquero que se salvó gracias al travesaño. En respuesta hubo un contragolpe en el cuál Colamarino le tapó una gran bocha a Aliano.

A los 15 minutos Ezequiel D’Amelio debió salir por un desgarro en su pierna derecha y en su lugar ingresó el joven Germán Gallo, para ubicarse sobre el andarivel derecho. Varela empezó a quedarse en el juego y el partido entró en una meseta. De todas formas Varela intentó siendo bastante reiterativo, desbordes de Mario Lara (muy jugado al ataque) y centros para Pellerano y Abalos, que mayoritariamente eran despejados.

También hubo mucho intento desde afuera del área, siempre con remates muy malos, mordidos y por arriba del travesaño, una clara imagen de la imprecisión del local. Rienzo y Galván, de le mejorcito durante la fase de grupos, no daban pie con bola y sin su creación se desvanecían las oportunidades de gol; sumémosle a estos lo errático que estuvo Gustavo Serio.

La más clara de Varela fue para Luciano Abalos que quedó dentro del área chica mientras la pelota cruzaba frente a él y quiso empujarla con el pecho sin éxito. Su compañero de ataque, Andrés Pellerano, cumplió un buen primer tiempo al igual que “Lucho” corriendo todas las pelotas y exigiéndose al máximo.

La visita también tuvo su chance, aunque fue generada por Mario Lara que intentó despejar un centro sin peligro pero terminó fusilando a Colamarino que por suerte para Varela pudo despejarla y reponerse ante la aparición de un rival en el área. Y “Cola”, de esta forma, se afianzó dentro del partido para lo que sería la segunda etapa.

Para el complemento ingresó Nicolás Cestari por Franco Galván, buscando mejorar en el trato de pelota y darle más poder ofensivo al equipo. Lamentablemente el carmeño venía de una importante inactividad que prolongó su mal estado físico a este partido, y en sólo 4 minutos ya se encontró amonestado.

Al instante Pellerano recibió una buena habilitación para irse de cara al arco pero el asistente Bobadilla marcó un offside inexistente. Argentino se empezó a animar y tenía con qué, porque sus jugadores son de buena contextura física y muy habilidosos; así metió atrás a Varela pero Colamarino se lució varias veces para transformarse en la figura del partido. El nerviosismo creció y varios hinchas se la agarraron con “Empanada” Cipollone.

A los 26 minutos Andrés Pellerano tuvo la más clara del partido, cara a cara con el arquero, sin rivales que puedan sacarle la pelota, remató muy débil y para el arquero la tarea de taparla fue facilísima. Sin dudas la jugada clave del partido.

En 34 minutos Varela llegó al gol de cabeza, pero por posición adelantada de Pellerano tuvieron que callarse todas las bocas. De la reanudación de esa jugada llegó el tanto de Paladino, ingresado recientemente y que todavía no había tocado la pelota, empujando la pelota con el arco vacío aprovechando que Varela se quedó en campo contrario.

El Mirasol entendió que dejaba pasar una importante chance en un partido que tuvo muchísimas chances de gol y que no pudo convertir sólo por la ineficacia de los atacantes. Entonces inclinó la cancha, más con garra que con juego, pero en fin llegando al área con peligro. Tuvo Abalos el empate con una muy buena pelota que casi se le cuela al arquero por arriba, tapado por el sol, y luego se armó un verdadero “flipper” en el área de la visita que no terminó en gol de Varela milagrosamente.

El partido terminó y la única sensación que quedó fue haber desperdiciado 90 minutos parejos pero en los que Varela tuvo las más claras y terminó pagando un error defensivo. La revancha sería el domingo a la misma hora, en una cancha muy chica en la cuál sólo sirve el triunfo por la mínima diferencia para aspirar, por lo menos, a los penales.


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